ILCE escribió:

Mi Reseña
Soy del grupo de 1°F de la Escuela Secundaria Técnica 64 Rosalinda Guerrero Gamboa, Turno matutino.
Mi reseña es del libro Ejecución Inminente del autor ANDREW KLABAN.
La historia trata de: Ex compañeros del protagonista mataron a su esposa y secuestraron a su hija y tendra que buscar a los culpables cueste lo que cueste de tal manera que no va a parar hasta encontrar y matar a todos y cada uno.
Mi opinión: es muy bueno y te lo recomiendo si te gusta la acción y las historias emocionantes.
Soy David Emmanuel Vega Robles 1°F #27

⚫Reseña del libro "El caso del marqués desaparecido"

Autor:Nancy Springer
Título:"The case of the missing marquess"
Editorial:RBA
Núm. páginas:208
Fecha de edición:16/02/2006

⚫Sinópsis:

Cuando Enola Holmes, la hermana pequeña del detective Sherlock Holmes, descubre que su madre ha desaparecido - y el día de su decimocuarto cumpleaños, para empeorar las cosas -, sabe que puede encontrarla sola. Ataviada de viuda desconsolada, Enola se dirige al corazón de Londres dispuesta a descubrir el paradero de su Madre, aunque ni siquiera su famoso apellido - Holmes - puede prepararla para lo que le espera.
Tras verse inesperadamente implicada en el secuestro del joven Marqués de Basilwether, Enola deberá escapar de villanos asesinos, rescatar al consentido Marqués y, quizá lo más dificil de todo, eludir a su perspicaz hermano mayor, mientras recopila pruebas de la desaparición de su madre.

⚫Comentario crítico:

Nancy Springer es una amante de Sherlock Holmes desde niña,por eso decidió crear una secuela de libros sobre su inventada hermanita,Enola Holmes.
Ya casi acabo de leer el libro,me falta poco,pero empezar con la reseña
La historia está basada más o menos en el año 1888 por lo cuál en el libro vienen palabras escritas como en aquellas épocas por lo cuál es un poco difícil de entender ya que el libro es una novela juvenil o sea dirigido especialmente a adolescentes.
Otra cosa que quiero recalcar es que no profundiza tanto en la vida de los personajes que van apareciendo conforme los capítulos pero sin embargo la historia que relata ese libro me hace sentir como si si fuera parte de el,ya que está escrito en primera persona.
De los capítulos que he leído del libro me llevan a pensar que es una novela cómica y sería a la vez por la forma sarcástica en la que se expresan algunos personajes.
Lo que me encanta del libro es que a medida de que avanzó en la lectura,cada vez aparecen muchos acertijos y pistas difíciles que yo no podría descifrar pero en cambio, Enola buscaba y busca hasta encontrar su significado muy rápido hasta lograrlo.
Aparte de esto la autora Nancy Springer nos hace ver cómo era Londres,las personas y los atuendos de esas épocas.Los atuendos eran super incómodos según nos cuenta "Enola",aún así,ella uso los atuendos para pelear y mezclarse en la ciudad de Londres sin ser reconocida por sus hermanos Sherlock y Mycroft Holmes.

⚫Conclusión:

Cómo lo mencionaba aún no termino el libro pero es una historia escrita en primera persona que me hizo sentir como en el libro.
Este libro es el primero de la entrega de una saga de libros de todas las aventuras de Enola H.
En conclusión en una novela algo corta pero es muy buena.

⚫Recomendaciones:

Si te gusta Sherlock Holmes o novelas juveniles lo recomiendo bastante,al igual de que si ya viste la adaptación en la película de Netflix protagonizada por MBB y HC ya que sí cambian algunos detalles.ejemplo: en la película vienen algunas cosas que no pasan en el libro tanto en el libro vienen cosas que no adaptaron en la película.

⚫Reseñadora:Lizeth Castro

Buenos días mi nombre es jovana Abigail soy de la sec.tec.64 y bengo a hablar sobre mi reseña Cenicienta y otros cuentos de los hermanos grimm

Una chica que le decían Cenicienta a la cual su madre falleció pero antes de que ella falleciera le pidió a Cenicienta que siempre sea una niña piadosa y bondadosa el tiempo y su padre se volvió a casar con una mujer trajo con ella a sus dos hijas que si bien eran hermosas por fuera tenían el alma muy negra y con la llegada de esas mujeres empezaron las desdichas para la niña, siempre la ponian a trabajar,la bestian con una fea bata gris y zapatos de madera
-¡miren qué adornada está ahora! Se burlaban de ella mientras la veían mientras la veían hacer todos los quehaceres de la casa
Un día el padre iba de comprás les preguntó a las niñas qué querían.mientras las otras pedían joyas y caros vestidos Cenicienta le dijo:
-la primera ramita que tope tu sombrero, cortarla y tráemela por favor.
Entonces el padre así,reunio todos los encargos y los entrego a cada una de ellas cuando llego a su casa.
Cenicienta fue a la tumba de su madre y sobre ella planto la ramita de avellano y cada ves que la niña visitaba la tumba de nueva,un pajarito blanco se posaba en las ramas, y si la niña expresaba en voz alta un deseo,en ese momento el pájaro lo hacía realidad.
Cierto día,un invitado del rey anuncio que se daria una gran fiesta en el palacio,la cual daria tres dias ,con el fin de que el príncipe escogiera entre las doncellas del reino a la que seria su esposa.
Cenicienta llorando le pidió a su madrastra que la dejara ir con ella.
-¡Como puedes ir al palacio si siempre estas toda llena de cenizas!le dijo la madrastra
Pero,como Cenicienta incistia,la madrastra arrojó una vasija de lentejas alas cenizas y le dijo:
-si en dos horas están limpias estas lentejas entonces podras ir.
Cenicienta fue al jardín y les dijo a los pájaros que cantaban entre los árboles
-amables pajaritos, ayúdenme a limpiar las lentejas.
Una gran bandada de pájaros entró por la ventana de la cocina y las aves se entregaron a su labor,que quedo terminaba en una hora.
Cuando Cenicienta mostró muy contenta las lentejas a su madrastra, ella replicò:
-no podras ir, Cenicienta, porque no tienes vestido.
Ante el llanto de Cenicienta,la madrastra le encargó de nuevo las lentejas, sólo que esta vez echo el doble de lentejas alas cenizas,las cuales deberían estarlimpias en una hora.
Cenicienta recurrió de nuevo a sus pájaros y esta vez el trabajo estubo echo en solo media hora.pero cuando Cenicienta le mostró el trabajo a su madrastra, enojada le dijo:
-¡De nada te servirá cuánto allas echo! simplemente no tienes vestido y no puedes ir a bailar.
Y le dio la espalda yendose con sus malvadas hijas, perfectamente arregladas hacía el palacio ya sola en casa, se fue la muchacha a la tumba de su madre y dijo bajo el avellano:
Sacude tus ramas, arbolito;deja caer oro y plata sobre mí.
En ese momento cayó suavemente del árbol un vestido de oro y plata y unas zapatillas de seda y plata.
Y aprisa se fue al baile.
El principe se dirigio immediatamente a saludarla y tomandola del brazo no la solto en toda la noche,y asi fue con las siguiente noche,sin que el príncipe dejara de bailar con ella.
En la tercera noche el principe le tendió una trampa a Cenicienta puso pegamento donde forzadamente ella tendría que pasar corriendo, así que la zapatilla izquierda se quedo pegada.
El principe llego con la zapatilla a la casa de Cenicienta,y se la probo a la hermana mayor,cuyo pie era demásiado grande,pero la joven hiso que le quedará forzosamente aunque le dolía mucho pues le apretaba por yodas partes.
Al ver el pie de la doncella,todo acalambrado regreso a la casa y regreso a la muchacha, diciendo que se debia de tratar de la otra hermana.
Como a esta también le apretaba izo lo mismo que su hermana mayor,para que le pidiera entrar su pie.
Y se volvió a dar cuenta el principe que le apretaba la regreso a su casa y pregunto:
-hay alguna otra doncella?
-si hay otra,es una hija de mi anterior matrimonio,pero no creo que se trate de ella;dijo el padre.
El principe ordeno que la llamaran.cenicienta se lavo la cara y las manos y bajo a ver al principe,quien le puso la zapatilla sin ninguna dificultad.
En ese momento el principe recordo los bellos rasgos de quien habia bailado durante las fiestas.
Un rato después,las hermanastra, queriendo simpatizarcon quien sería ahora su esposa la alcanzaron para acompañarla,una de cada lado.
Pero las palomas empezaron a picotearlas por todos lados e hicieron que ambas salieran huyendo.

FIN

Buenos días, mi nombre es Sandra Canales Morelos
Soy del Grupo 1-F de la Escuela Secundaria Técnica 64 ''Rosalinda Guerrero Gamboa'' turno matutino
Hoy les vengo a platicar una breve reseña sobre un libro titulado;
Magnus Chase y los Dioses de Asgard
La espada del tiempo.
El libro es de el autor americano Rick Riordan.
Primeramente les explicaré porque elegí este libro lo escogí por unas razones las cuales son;
Un familiar me lo recomendó porque era un libro que le había encantado también porque a mi me llamo mucho la atención ya que trataba sobre la mitología nórdica.
Ahora les platicare una breve reseña
Un chico llamado Magnus Chase que siempre ha vivido en las calles de Boston junto a sus amigos Blitz y Hearth. Después de la muerte de su madre Natalie, cuya muerte fue causada por unos lobos y el incendio de su casa, desde entonces vive en las calles por que el sabe que si cuenta lo que paso la policía no le creería.
Una noche Blitz le advierte de gente que lo está buscando. Magnus descubre que eran su prima Annabeth Chase y su tío Frederick. Un día van a buscarlos y a lo lejos escucharon discutir sobre su tío Randolph, así que fueron a la casa de su tío en busca de pistas. Al ir a la casa de su tío, se encuentran con el, después su tío le cuenta a Magnus que en realidad es el hijo de un dios nórdico el tendrá una misión imposible de creer, tendrá que enfrentar a un lobo llamado Fenrir y tendrá que buscar una cuerda y una espada que podrían detener el ragnarok y a el lobo.

En mi opinión a mi me encanto el libró, me encanto la manera en la que contaban la historia, la manera en la que describía a los personajes, los escenarios, vestimenta, etc. Lo recomiendo ampliamente a las personas que les guste la mitología nórdica y a cualquier otra persona que le llamé la atención.
Editorial: Hachette Books

Secundaria Rosalinda Guerrero Gamboa 1.-F
EL RAMO AZUL
Desperté, cubierto de sudor. Del piso de ladrillos rojos, recién regados, subía un vapor
caliente. Una mariposa de alas grisáceas revoloteaba encandilada alrededor del foco
amarillento. Salté de la hamaca y descalzo atravesé el cuarto, cuidando no pisar algún
alacrán salido de su escondrijo a tomar el fresco. Me acerqué al ventanillo y aspiré el
aire del campo. Se oía la respiración de la noche, enorme, femenina. Regresé al centro
de la habitación, vacié el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedecí la toalla.
Me froté el torso y las piernas con el trapo empapado, me sequé un poco y, tras de
cerciorarme que ningún bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa, me vestí
y calcé. Bajé saltando la escalera pintada de verde. En la puerta del mesón tropecé con
el dueño, sujeto tuerto y reticente. Sentado en una sillita de tule, fumaba con el ojo
entrecerrado. Con voz ronca me preguntó:
— ¿Dónde va señor?
— A dar una vuelta. Hace mucho calor.
— Hum, todo está ya cerrado. Y no hay alumbrado aquí. Más le valiera quedarse.
Alcé los hombros, musité “ahora vuelvo” y me metí en lo oscuro. Al principio no veía
nada. Caminé a tientas por la calle empedrada. Encendí un cigarrillo. De pronto salió la
luna de una nube negra, iluminando un muro blanco, desmoronado a trechos. Me
detuve, ciego ante tanta blancura. Sopló un poco de viento. Respiré el aire de los
tamarindos. Vibraba la noche, llena de hojas e insectos. Los grillos vivaqueaban entre
las hierbas altas. Alcé la cara: arriba también habían establecido campamento las
estrellas. Pensé que el universo era un vasto sistema de señales, una conversación
entre seres inmensos. Mis actos, el serrucho del grillo, el parpadeo de la estrella, no
eran sino pausas y sílabas, frases dispersas de aquel diálogo. ¿Cuál sería esa palabra
de la cual yo era una sílaba? ¿Quién dice esa palabra y a quién se la dice? Tiré el
cigarrillo sobre la banqueta. Al caer, describió una curva luminosa, arrojando breves
chispas, como un cometa minúsculo.
Caminé largo rato, despacio. Me sentía libre, seguro entre los labios que en ese
momento me pronunciaban con tanta felicidad. La noche era un jardín de ojos. Al cruzar
la calle, sentí que alguien se desprendía de una puerta. Me volví, pero no acerté a
distinguir nada. Apreté el paso. Unos instantes percibí unos huaraches sobre las piedras
calientes. No quise volverme, aunque sentía que la sombra se acercaba cada vez más.
Intenté correr. No pude. Me detuve en seco, bruscamente. Antes de que pudiese
defenderme, sentí la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce:
— No se mueva, señor, o se lo entierro.
Sin volver la cara pregunte:
— ¿Qué quieres?
— Sus ojos señor –contestó la voz suave, casi apenada.
— ¿Mis ojos? ¿Para qué te servirán mis ojos? Mira, aquí tengo un poco de dinero.
No es mucho, pero es algo. Te daré todo lo que tengo, si me dejas. No vayas a
matarme.
— No tenga miedo señor. No lo mataré. Nada más voy a sacarle los ojos.
— Pero, ¿para qué quieres mis ojos?
— Es un capricho de mi novia. Quiere un ramito de ojos azules y por aquí hay pocos
que los tengan.
— Mis ojos no te sirven. No son azules, sino amarillos.
— Ay, señor no quiera engañarme. Bien sé que los tiene azules.
— No se le sacan a un cristiano los ojos así. Te daré otra cosa.
— No se haga el remilgoso, me dijo con dureza. Dé la vuelta.
Me volví. Era pequeño y frágil. El sombrero de palma la cubría medio rostro. Sostenía
con el brazo derecho un machete de campo, que brillaba con la luz de la luna.
— Alúmbrese la cara.
Encendí y me acerqué la llama al rostro. El resplandor me hizo entrecerrar los ojos. Él
apartó mis párpados con mano firme. No podía ver bien. Se alzó sobre las puntas de
los pies y me contempló intensamente.
La llama me quemaba los dedos. La arrojé. Permaneció un instante silencioso.
— ¿Ya te convenciste? No los tengo azules.
— ¡Ah, qué mañoso es usted! –respondió- A ver, encienda otra vez.
Froté otro fósforo y lo acerqué a mis ojos. Tirándome de la manga, me ordenó.
— Arrodíllese.
Mi hinqué. Con una mano me cogió por los cabellos, echándome la cabeza hacia atrás.
Se inclinó sobre mí, curioso y tenso, mientras el machete descendía lentamente hasta
rozar mis párpados. Cerré los ojos.
— Ábralos bien –ordenó.
Abrí los ojos. La llamita me quemaba las pestañas. Me soltó de improviso.
— Pues no son azules, señor. Dispense.

Nehemías Zayas Villela 1F