Presentación

Reconocer la situación global que atraviesan los países con relación a los desafíos ambientales durante el 2021 resultan relevantes en cuanto a la recuperación sostenible que hoy en día enfrentan nuestras sociedades. “La pandemia nos recordó que somos bastante frágiles; así que el reto que tenemos como humanidad es reflexionar y mejorar; pensar qué estamos haciendo con el planeta. Uno de los principales desafíos, para México y el mundo, es que se atiendan los problemas ambientales”, indica la doctora en ecología microbiana y evolución, Ana Elena Escalante, directora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La degradación del medio ambiente es consecuencia de múltiples fenómenos como: el cambio climático, la deforestación, la desertificación, la pérdida de biodiversidad, la gestión deficiente de los recursos y la contaminación. Además de destruir la vitalidad de los ecosistemas, esta degradación también puede ocasionar perjuicios en la salud humana y el bienestar, tales como las enfermedades resultantes de la mala calidad del aire o la mala calidad del agua, la escasez de alimentos y agua, la pérdida de tierras cultivables, etcétera.

Las proyecciones del informe del 9 de agosto del 2021 del El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático o Panel Intergubernamental del Cambio Climático, por sus siglas en inglés IPCC, revelan que: “…en las próximas décadas los cambios climáticos aumentarán en todas las regiones. Según el informe, con un calentamiento global de 1,5 °C, se producirá un aumento de las olas de calor, se alargarán las estaciones cálidas y se acortarán las estaciones frías; mientras que con un calentamiento global de 2 °C los episodios de calor extremo alcanzarían con mayor frecuencia umbrales de tolerancia críticos para la agricultura y la salud. Sin embargo, no es cuestión únicamente de la temperatura. Como consecuencia del cambio climático, las diferentes regiones experimentan distintos cambios, que se intensificarán si aumenta el calentamiento; en particular, cambios en la humedad y la sequedad, los vientos, la nieve y el hielo, las zonas costeras y los océanos.”

Los efectos e impactos del cambio climático agravados por la pandemia del COVID-19 se han intensificado a nivel internacional y nacional, causando graves impactos en el desarrollo sostenible y en nuestros ecosistemas, por ello la educación ambiental se vuelve relevante para crear una conciencia crítica que permita percibir la importancia del cuidado ambiental como punto fundamental de los aspectos económicos, culturales y sociales que les permita actuar con determinación individual y colectivamente en la resolución de dichos problemas.