HAY MUCHAS MÁS cosas en el universo de lo que salta
a la vista: luz invisible, sonidos que no se oyen, mundos microscópicos
en un grano de arena, campos magnéticos y eléctricos,
átomos… Por eso los científicos tienen que ser muy
cuidadosos en la observación. El que no ve maravillas en las
cosas más cotidianas no puede ser científico.
![](sabver1.gif)
Los
artistas también son avezados observadores. Durante mucho tiempo
los pintores se dedicaron a plasmar en sus cuadros escenas realistas
que podrían haber sido fotografías. Se afanaban en representar
el cuerpo humano con todo detalle. Ponían atención a los
pliegues de las telas y al juego de luz y oscuridad, cuidando que las
sombras estuvieran en su lugar. Los escritores usaban detalles que a
otros se les hubieran escapado para describir las situaciones en que
se encontraban sus personajes. Los compositores a veces trasladaban
sus impresiones de la naturaleza al mundo de los sonidos musicales.
![](sabver2.gif)
Leonardo
da Vinci, el más famoso de los artistas-científicos, daba
mucha importancia a la observación y decía que era indispensable
“saber ver”.
Pero
¡cuidado!: la vista (y los otros sentidos) puede engañarnos…