CUANDO 
          NO VES NADA se produce en el cerebro una extraña confusión: 
          aunque no haya estímulo a los ojos, se ven manchas de colores. 
          Sucede algo parecido cuando no oyes nada, o cuando oyes un ruido continuo 
          y monótono conocido como ruido blanco (que se parece a lo que 
          se oye cuando te pones al oído un caracol de mar): aunque no 
          haya estímulo coherente, se oyen voces, música u otros 
        sonidos reconocibles. 
        El 
          cerebro siempre está buscando patrones en la información 
          que recibe de los sentidos. Y cuando no recibe nada, inventa. Es como 
          si el cerebro tratara siempre de explicarse el mundo. Cuando haces un 
          dibujo de conectar puntos ves surgir poco a poco un patrón. Donde 
          al principio no reconoces nada, el proceso de conectar los puntos te 
          revela una figura oculta. Cuando observas con cuidado tu entorno también 
          ves surgir patrones poco a poco. El cerebro conecta puntos –o 
          interpreta— continuamente (y al hacerlo, a veces se equivoca).