El
25 de mayo, sindicatos, organizaciones empresariales y gobierno firmaron
los acuerdos de Grenelle, que recogían la aprobación de
un salario mínimo garantizado y el reconocimiento de ciertos
derechos sindicales. En los días subsecuentes se llegó
al punto de que el presidente de la República disolviera la Asamblea
Nacional y convocara a elecciones, con el objeto de salir del impasse
provocado por el vacío de poder. El reto fue aceptado por la
izquierda tradicional.
A
partir de este momento la situación empezó a normalizarse.
El 12 de junio se prohibieron todas las manifestaciones y los grupos
de la extrema izquierda fueron disueltos por decreto. El 16 de junio,
los estudiantes volvieron a las aulas de la Sorbona. El 23 se celebraron
las elecciones, resueltas con una clara derrota de la izquierda y el
triunfo de los gaullistas y sus aliados; finalizando así el mayo
del 68 francés.
Se considera que el movimiento de mayo del 68 fracasó
como revolución en virtud de que no se produjo la sustitución
radical del viejo orden político. Pero transformó a la
sociedad francesa, cambió pautas de comportamiento, introdujo
nuevos valores, reconoció los derechos de la mujer, la liberalización
de las costumbres, la democratización de las relaciones sociales
y generacionales, incluyendo la disminución del autoritarismo
en la enseñanza.