Las grandes revoluciones científicas se debieron a una interpretación distinta de los hechos que habían sido observados desde antes, pero que se interpretaron de manera equivocada. Por ejemplo, antes de Galileo se creía que el sol giraba alrededor de la Tierra. Aunque ahora les parezca divertido, piensen qué otra cosa se podía creer si lo veían salir todos los días por el oriente y ponerse por el occidente y no sabían que la Tierra gira sobre su propio eje. De hecho, a Galileo casi le cuesta la vida defender su teoría porque lo andaba quemando la Santa Inquisición.

Grandes polémicas se generaron a partir de las ideas revolucionarias. Fueron muchos los hombres que al compartir sus ideas, permitieron los grandes avances científicos.

Ahora los invitamos a trabajar como científicos. Prueben, tal vez les guste observar, interpretar de manera diferente, discutir para defender sus ideas y confrontar los resultados de sus experimentos.

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