Etapa 6. Mundo de sueños

Situación: Escribir el relato de un sueño.

Productos:

  • Seleccionar un sueño o fantasía para convertirlo en un relato.
  • Identificar y escribir detalles maravillosos en el sueño.
  • Escribir una versión literaria del sueño.

La vida es sueño

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Pedro Calderón de la Barca.

En español usamos la palabra “sueño” en dos sentidos principales. El primero se refiere al deseo de dormir (“le sobrevino un intenso sueño”) y a la acción o estado de dormir (“entró en un sueño profundo”). El otro sentido se refiere a los “sucesos o imágenes que se representan en la fantasía de alguien mientras duerme”, como explica el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

Bajo esta premisa, en esta sexta y última etapa dedicaremos nuestra inspiración a escribir acerca de esas imágenes y acontecimientos que se presentan en nuestra mente al dormir. ¡Pero ah! ¡No todo el que duerme sueña! Y a veces soñamos despiertos, a lo que también se le llama “ensoñar”. Un sueño puede parecer muy real y otras veces perfectamente nos damos cuenta de que estamos en un sueño.

En ese mundo de “ensoñación”, puede pasar casi de todo; tenemos poderes o cumplimos anhelos que son improbables en la realidad. Viajamos a lugares fabulosos y, en general, dejan de existir las reglas de nuestro mundo físico y social. Hay sueños agradables, graciosos, absurdos, inquietantes o aquellos que nos dan miedo y a los que les llamamos pesadillas.

La ciencia nos explica que nuestro cerebro permanece activo mientras dormimos. Pero para muchas culturas, el acto de soñar representaba un momento de conexión con los dioses, con los antepasados, la naturaleza o nuestro ser más profundo. Es por eso que el arte se ha inspirado en los sueños o los ha tomado como motivación.

Los artistas de diferentes culturas se han sentido fascinados por los sueños. En la mitología griega, aparece Hipnos, el dios del sueño, quien se casó con Nix, la noche; entre sus hijos estaba Morfeo, el dios de los sueños, a quien el poderoso Zeus llegó a castigar por revelar a los hombres, mientras dormían, los secretos de los dioses.

A veces se creía que eran los mismos dioses quienes se comunicaban con los humanos por medio de los sueños. En el México antiguo, por ejemplo, se pensaba que Tezcatlipoca y Quetzalcóatl acostumbraban comunicarse así con héroes y sacerdotes.

Los siglos XVIII y XIX fueron épocas de gran racionalismo y progreso material. Quizá por eso, a principios del siglo XX, se acentuó el interés de pensadores y artistas por los sueños. El médico austriaco Sigmund Freud postuló que, junto a nuestros recuerdos y pensamientos conscientes, había una mente inconsciente y que, mediante una cuidadosa terapia, ésta se podía explorar para lograr salud psicológica. Freud pensaba que los sueños podían provenir de esa mente inconsciente y que al interpretarlos era posible obtener información para superar los problemas de sus pacientes.

Tras el horror de la Primera Guerra Mundial surgió en Francia un grupo de artistas que estaban a favor de la imaginación libre y en contra de la racionalidad. Ellos crearon el surrealismo, que buscaba hacer arte a partir de los sueños y, de manera más o menos cercana, se sentían interesados por la obra de Freud, pero también por la mitología, las leyendas, los símbolos y la magia.

El Surrealismo en la pintura y la literatura.

El arte surrealista puede hacerse mejor si nos inspiramos en los sueños que otros artistas han plasmado. ¿Quieren acercarse a la obra de algunos surrealistas?

Uno de los surrealistas más talentosos, divertidos y extravagantes fue Salvador Dalí, cuyas pinturas son actualmente muy cotizadas; también hizo cine y escribió algunos libros.

Dalí trabajó con un famoso animador de los Estados Unidos en una película surrealista llamada Destino. Años después de su muerte fue posible completarla. ¿Qué historia creen que se cuenta?

Nacida en una familia inglesa y muy conservadora, desde muy joven Leonora Carrington decidió convertirse en artista. Fue pintora, escultora y cuentista. Quien, para escapar de la Segunda Guerra Mundial, viajó a México con la ayuda del poeta Renato Leduc; y fascinada por el país, se quedó en él, para el resto de su vida.

En México, Leonora conoció a otros surrealistas, como Remedios Varo y Edward James, un poeta que se hizo construir un jardín surrealista en Xilitla, una hermosa población de la Huasteca potosina donde se reunía con sus amigos. Actualmente en Xilitla, existe un museo dedicado a Leonora.

Con una mirada humorística sobre la muerte, Leonora Carrington nos relata las aventuras de un peculiar personaje en su cuento “Las vacaciones del esqueleto”.

No sólo los surrealistas han hecho obras inspiradas en sus sueños. En el cuento “Un señor muy viejo con unas alas enormes”, Gabriel García Márquez nos cuenta lo que le sucede a una pareja cuando, tras una tormenta en la costa, aparece en su patio un anciano con alas.

¿Hubo surrealistas antes del surrealismo? Tal vez la pregunta no es tan relevante. Pero, el país de las maravillas que inventó el británico Lewis Carroll, está completamente relacionado con los sueños.

En la segunda parte, titulada “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”, el autor incluyó un poema llamado “Jabberwocky”. ¿Qué significa esa extraña palabra? Carroll tomó la palabra jabber, que en inglés significa “hablar sin sentido”; y la antigua palabra sajona wocor, que significa brote o fruto. Por lo tanto, el Jabberwocky es un monstruo similar a un dragón, y su nombre se ha traducido al español como “Galimatazo”, “Jerigóndor” o “Flonstluo”. Además de este personaje creado, el poema tiene muchas palabras combinadas y extrañas para sugerir nuevos significados. ¿Has tenido algún sueño parecido?

Versión literaria del sueño

Relatar un sueño no es fácil, pues no siempre recordamos los detalles; y si queremos registrarlos es conveniente escribir cuando acabamos de despertar. De otra manera nos iremos olvidando más y más de lo que sucedió en él. Como muchas veces no tienen sentido o un orden claro, es difícil expresar esa falta de reglas.

El poeta español Federico García Lorca, quien a veces se inspiraba en sus sueños, dijo alguna vez que los escritores viajan en su imaginación y en sus sueños, y que los poemas o cuentos no son el sueño, sino el relato del sueño.

¿Les ha pasado que al contar un viaje o una aventura le cambian detalles? Eso sucede porque nos gusta hacerlos más interesantes. Claro que, si escribimos un reportaje, una noticia, un reporte de experimento o un relato histórico, debemos ajustarnos lo más posible a la realidad.

Pero al hablar de relatos y poemas, esa regla no entra en juego necesariamente. Es posible que no recuerden algún detalle del sueño que desean contar; y para completarlo pueden echar mano de su imaginación, agregar o cambiar detalles y darle un final hermoso a un sueño desagradable. También pueden encontrar ahí, significados o relaciones que no se les habían ocurrido antes. Si las comparten, sus lectores podrían encontrar un relato más interesante.

Actividades

Reúnanse en equipo (de compañeros o familiares) e identifiquen las circunstancias que ocurren en los sueños; algunas de ellas son:

  • Cambios de reglas. Al soñar podemos volar, respirar bajo el agua, multiplicarnos, atravesar paredes o romper muchos límites del mundo físico.
  • Lugares extraordinarios. En los sueños encontramos lugares como bosques encantados, laberintos, ciudades fantásticas, el cielo o el espacio. También es frecuente cambiar de escenario rápidamente sin una razón
  • Transformaciones. En los sueños podemos cambiar de tamaño, transformarnos en animales, cambiar de color y toda clase de mutaciones.
  • Extraños personajes. A veces soñamos con amigos y familiares, pero muchas otras nos encontramos con seres misteriosos: objetos animados, animales que hablan, ¿Recuerdan cuando escribieron acerca de un animal fantástico?
  • Palabras y frases misteriosas. El lenguaje también forma parte de los sueños. Es posible que al soñar escuches frases enigmáticas, palabras cuyo significado no conocen o lenguajes enteros que sólo existen ahí (como en el poema del Jabberwocky).
  • Olores, texturas y sonidos. A veces tenemos sueños muy vívidos, en los que sentimos el agua, probamos comida, olemos perfumes o tocamos objetos.

Después, observen el recurso Surrealismo, clases de arte para niños.

A partir de la información anterior, platiquen entre ustedes sus sueños; recuperen aquellos que recuerden con más claridad y seleccionen alguno, el que les parezca mejor para relatarlo. Si lo deciden, pueden escribir su sueño individualmente.

Ya que hayan seleccionado el sueño (o sueños relacionados) que desean relatar, identifiquen los elementos que les parecieron más sorprendentes, distintos a lo que sucede en el mundo real.

Si buscan inspiración, la música también puede ayudarlos a imaginar. Les sugerimos escuchar el tema de “Alicia en el país de las maravillas”, del compositor Danny Elfman.

O bien, pueden escuchar “El sueño de las hadas”, de la artista irlandesa Enya.

Al contar su viaje por el mundo de los sueños, no olviden incluir el título de su relato, el nombre de los autores, junto con el nombre de su docente, su grupo y escuela.

Una lectura de otra persona siempre nos enriquece. Les sugerimos intercambiar sus borradores con otros compañeros o equipos, y pídanles comentarios que permitan mejorar o enriquecer su redacción y ortografía. Su docente también les hará excelentes recomendaciones.

Finalmente, compartan el relato de su sueño. Participen en el foro de discusión: Mundo de sueños, donde podrán dejar sus ideas, dudas y sugerencias para escribir sus sueños más asombrosos.

Y cuando tengan una versión literaria de su sueño, podrán publicarla en el muro digital del proyecto. Recuerden que es muy importante identificarse con nombre, grupo, equipo, escuela y entidad o país.

Así hemos llegado al final de este proyecto. Esperamos que les haya gustado y… Escriban, ¡escriban mucho!

Referencias

  • CALDERÓN DE LA BARCA, P. (2003). La vida es sueño. Madrid: Castalia.
  • CARROLL, L. (2011). A través del espejo y lo que Alicia encontró allí. México: Sexto piso.
  • CORBETT, P. (2008). Escribe tu propia historia de… fantasía. Club de lectores. México: Correo del maestro.
  • GONZÁLEZ, E y ÁLVAREZ, B. (1994). El libro de lo insólito (Antología). México: Fondo de Cultura Económica.
  • GÓMEZ-PALACIO, M. (1995). La producción de textos en la escuela. México: SEP.
  • NAVARRETE, S. (Coord.) (2018). Leonora Carrington. Cuentos mágicos. México: INBA.