Son ciudadanos de la República, los varones y las mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos…
- DOF. Reforma al artículo 34 de la Constitución, el 17 de octubre de 1953.
Hace 63 años, después de décadas de lucha social, se alcanzó un significativo logro para las mujeres de la época, que desde principios del siglo XX habían luchado tenazmente por sus derechos civiles y por la igualdad. De este modo, el 3 de julio de 1955 se ejerció por primera vez el derecho al sufragio femenino, y el voto de las mujeres de México se tomó en cuenta para celebrar las elecciones de diputados federales de la XLIII Legislatura.
La historia nos dice que la primera colonia en reconocer el sufragio femenino universal en 1893 fue Nueva Zelanda, seguida de Australia Meridional en 1894 —y, de hecho, estas mujeres fueron las primeras en tener derecho a postularse para puestos públicos en 1895.
Sin embargo, el primer país que reconoció el derecho de postulación a cargos públicos y sufragio a todas las mujeres, casadas o solteras, fue Finlandia en 1906 —el Gran Ducado que fue parte del Imperio Ruso hasta 1917. Las primeras finlandesas fueron elegidas para ocupar el Parlamento de 1907.
Para 1910 en México, un grupo de mujeres sufragistas autonombradas "Las hijas de Cuauhtémoc", apoyaron a Francisco I. Madero en su lucha antireeleccionista, y protestaban por la participación femenina en la vida política del país. Y fue por ello que en 1916 se celebró el Primer Congreso Feminista, que acordó exigir el voto ciudadano de las mujeres, que fue omitido en la Constitución de 1917.
De este modo, el estado de Yucatán en 1917, después de otorgar la ciudadanía para votar a las mujeres mayores de 21 años, sólo lograron igualdad de condiciones en el hogar, teniendo voz y voto sobre los hijos, pudiendo aportar al sustento familiar y administrar los bienes comunes del matrimonio, pero seguían sin poder votar.
Sin embargo, ese hecho no impidió que Elvia Carrillo Puerto resultara electa como la primera diputada al Congreso Local por el V Distrito de Yucatán, en 1923. No obstante, dos años después, renunció al cargo en virtud de las amenazas de muerte recibidas.
Tras décadas de luchas, pequeños logros y el histórico mitin que reuniera a más de 20 mil mujeres en el Parque 18 de Marzo de la Ciudad de México para demandar el derecho ciudadano de las mexicanas a votar y ser electas; en 1953, por mandato del presidente Adolfo Ruiz Cortines se promulgó la reforma al artículo 34 y 115, fracción I constitucional que otorgaba plenitud de derechos ciudadanos en el ámbito federal y con ello el voto, a la mujer mexicana.
De este modo, en las elecciones del 3 de julio de 1955, las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto para elegir a diputados federales de la XLIII Legislatura.
Con el sufragio femenino, se adquirió la facultad de decidir por el destino del país, además de la posibilidad de luchar para conducirlo. En México, las mujeres comenzaron a ganar terreno en la política con la legislatura del voto femenino. Era el año de 1955, cuando se eligieron a las primeras cinco diputadas federales y en 1964, ganaron el puesto dos Senadoras.
La primera gobernadora del país fue Griselda Álvarez, electa por el estado de Colima en 1979. En 1987, Beatriz Paredes logró lo mismo en el estado de Tlaxcala.
El sufragio femenino significa también el reconocimiento a la igualdad en la participación política, el que cada mujer pueda decidir sobre su vida, y además aceptar la posibilidad de ser electas para estar en cargos de representación pública, derecho ejercido anteriormente sólo por hombres.
Ya en los años noventa, la reivindicación de los derechos iba más allá. Iniciaba la lucha contra la violencia, esa que día a día se ejerce en las casas por medio de golpes, palabras o actitudes, esa que día a día maltrata a muchas mujeres que dan todo por sostener sus hogares a costa de su integridad misma. Iniciaba entonces el reconocimiento de la pluralidad, la tolerancia y el respeto.
Actualmente la condición de madre soltera, indígena, pobre, discapacitada, analfabeta o simplemente Mujer, ha sido pretexto para ser maltratadas, violadas, desaparecidas y asesinadas. El hecho de ser consideradas parte esencial de la familia, obliga a permanecer al lado de quienes, ostentando su poder, violan a diario los derechos ciudadanos y humanos de las mujeres.
Hoy en día faltan muchos eslabones por superar, como el hecho de que los partidos políticos cumplan con el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales en su Artículo 22 Transitorio que indica que las candidaturas no deben exceder de un 70 por ciento para un mismo género.
Así, se consuma una lucha y comienza otra que aún no ve final: la pelea por la ciudadanía plena de las mexicanas. No es un obsequio ni una concesión; es el resultado de movimientos universales y locales a favor de la equidad de género.
• La lucha femenina por ejercer sus derechos de votación y decisión empezó en el mundo hace varios siglos, pero en México sus primeras manifestaciones importantes se dan durante los años 1884 y 1887, cuando por primera vez una publicación en la revista femenina Violetas del Anáhuac, fundada y dirigida por Laureana Wright González y escrita solamente por mujeres, demandó el sufragio femenino.
• En abril de 1917, se expidió la Ley de Relaciones Familiares, según la cual los hombres y las mujeres tienen derecho a considerarse iguales en el seno del hogar.
• Durante el tercer Congreso Nacional de obreras y campesinas en 1934, se unieron para exigir el reconocimiento de los derechos políticos femeninos. El primer logro de este frente fue en Puebla, donde se autorizó el ejercicio ciudadano de las mujeres en 1936. Año en el que comenzó el debate sobre su derecho al sufragio en las elecciones federales.
• Según datos del portal CONEVyT, en 1937 el presidente Lázaro Cárdenas tuvo la iniciativa de legislar el voto de la mujer, pero su proyecto se frenó en la Cámara de Diputados, porque se alegaba que éste beneficiaría a la ultraderecha.
• En diciembre de 1946, el Presidente Miguel Alemán envió a la Cámara de Diputados la iniciativa de adicionar el Artículo 115 Constitucional, que establecía que en las elecciones municipales participarían las mujeres en igualdad de condiciones que los varones, con el derecho a votar y ser elegidas. Misma que fue aprobada.
• Al grito de "¡Que lo repita! ¡Que lo repita!", ante más de 20 mil mujeres congregadas en el Parque 18 de Marzo de la Ciudad de México el 6 de abril de 1952, el entonces candidato presidencial Adolfo Ruiz Cortines prometía plasmar en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser electas. El 17 de octubre de 1953, el presidente Ruiz Cortines cumplió su palabra.
• La modificación a la Ley, se publicó en el Diario Oficial con el nuevo texto del Artículo 34 Constitucional: “Son ciudadanos de la República los varones y las mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo son, y tener un modo honesto de vivir”.
• Gracias a la organización y a su participación en Foros públicos, hacia 1953, las mujeres lograron ser reconocidas como ciudadanas por la constitución y, consecuentemente, obtuvieron su derecho al voto.
• Aunque desde 1953 se había reconocido el derecho al sufragio femenino, se tuvo que reformular un nuevo padrón electoral en el que figuraran las mujeres para que pudieran ejercer el voto en las elecciones federales del 3 de julio de 1955.